“Que cada nota tenga vida”...
‘técnica’ no consiste en bajar teclas rápido

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Acerca de la interpretación

Fausto Zadra




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VIII. La escuela de Fausto Zadra / escuela Scaramuzza-Zadra

Esta escuela se distingue por un estudio técnico muy sistemático y puntual.

Pero al mismo tiempo supera todo lo esquemático. Esto es fundamental para entenderla, y entender su propósito.

No haría falta aclarar esto a alguien quien conociera la personalidad de Fausto Zadra.


Fausto Zadra

Zadra era uno de los artistas más originales en sus interpretaciones que se pueden imaginar. Disponía de una fantasía e imaginación, al mismo tiempo un sentido poético, que se encuentran sólo raramente, en los más grandes artistas. Hacía entender lo que significa ‘interpretar’ una de las grandes obras: re-crearla desde su significado más profundo. Entre los pianistas lo distinguía una sensibilidad para el sonido sin comparación. Esto era lo que le interesaba, y ponía todo lo que se puede llamar ‘escuela técnica’, a su disposición.

Al mismo tiempo insistía que la libertad y creatividad personal en la interpretación no son una excusa para una manera de tocar y de estudiar, caótica y sin lógica. Fue un maestro que combinaba lo musical, lo personal y lo técnico, y así también insistía en una enseñanza de ‘escuela’, respetando y transmitiendo la lógica que existe en el arte de tocar el piano.

Pero conocía el peligro inherente en los ‘sistemas’ y en las ortodoxías y rigideces de cualquier escuela, de la posible sustitución de la música y el mensaje artístico, la comunicación profunda que se realiza en la música, por conceptos, esquemas y moldes. De esta manera, se entiende por qué Zadra, quien claramente enseñaba, y quería enseñar, una escuela pianística, a veces hasta llegaba a estar harto de que siempre se hable de ‘escuela’. (A veces prefería llamar todo esto la ‘dinámica pianística’.)

Se puede decir que la escuela de Zadra tiene como su fin el estudio profundo, ordenado, fino y puntual, consciente y sistemático del arte de tocar el piano, pero rechaza el punto de vista ‘mecanístico’. De lo que es una ‘escuela’ pianística y de lo que es ‘técnica’, representa un concepto muy amplio e integral.


Origen

Su escuela nació tomando como punto de partida las enseñanzas de Vincenzo Scaramuzza, con quien Zadra se había formado, para luego sistematizarlas, ampliarlas, y transcenderlas mucho en el sentido musical y artístico.


Alcance

Es difícil crear una idea exacta en alguien que no lo haya experimentado, de la naturaleza del trabajo y estudio en esta escuela, y sobre todo de su alcance y potencial, y una idea de la diferencia entre tener y no tener, una buena ‘escuela’. Los que lo han experimentado en carne propia, no se suelen arrepentir del tiempo y trabajo invertido. Se trata de algo que, una vez adquirido y bien incorporado, queda para siempre como una base amplia y estable sobre la cual nos movemos, que cambia profundamente la manera de tocar de uno y aumenta todas sus posibilidades.


Tres pilares del trabajo

En general se puede decir que hay siempre tres pilares orientativos en el trabajo técnico de esta escuela: para los movimientos parte de la fisiología, siempre se fija en el sonido producido, e insiste siempre y continuamente en la libertad (lo que, generalizando de manera un poco simplista y no siempre del todo exacta, se suele llamar ‘relajación’).


Lo que la distingue, además de ser muy sistemática, y exhaustiva –se podría decir: pianísticamente completa–, sobre todo es que al final es y quiere ser una escuela del arte del toque.