“Que cada nota tenga vida”...
‘técnica’ no consiste en bajar teclas rápido

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“Que cada nota tenga vida”... –‘técnica’ no consiste en bajar teclas rápido

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Fausto Zadra




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X. Enfoques y pasos didácticos en el trabajo técnico

El trabajo técnico, desde el inicio tiene distintos enfoques que se complementan. Cuál o cuáles de esos enfoques se acentúen más para comenzar el trabajo con cada uno, eso depende del alumno, el tipo de persona que es, sus hábitos corporales y pianísticos, su historia en el piano, etc.

• Entre otro, se empieza a conocer, usar y manejar el peso del brazo, la fuerza de la gravedad, para tocar.

Es posible –y necesario aprender– tocar con todo, mucho, un poco o casi nada de peso, según requiera la situación (la música).

Didácticamente el uso del peso es muy útil al inicio del trabajo, para lograr muchos avances en cuanto a la fuerza de la mano, relajación y libertad, y por otros aspectos más.

Este trabajo es muy enriquecedor y posibilita sensaciones físicas nuevas y muy interesantes. Despierta la sensibilidad corporal –tiene por esto un aspecto casi de auto-conocimiento, de un ‘yoga en el piano’– y por ende forma una muy buena base para todo el trabajo técnico. Muchas veces en esta etapa el estudiante empieza a experimentar una sensación de comodidad en el piano no conocida antes, por lo menos en esa misma profundidad.

• Otro aspecto importante del trabajo es ‘armar la mano’.

Una mano bien trabajada en este sentido es la precondición para todo el avance técnico, para poder aprender muchos de los distintos toques, y sobre todo para poder tocar siempre con libertad física.

Es un trabajo de fuerza y de ordenamiento que tiene que ver con recuperar, estabilizar y fortificar una postura de la mano que en realidad le es muy natural y a veces ha existido en algún temprano momento, aunque sea rudimentariamente, pero que casi ‘normalmente’ es perdida durante los primeros años de estudio –una postura que pone cada elemento en su lugar justo e ideal para una mano estable y así genera muchas posibilidades pianísticas. Muchas veces este trabajo le da al estudiante una gran sensación de fuerza (y un considerable aumento real de fuerza) en las manos, la sensación de tener con la mano una herramienta muy potente.

• Todo lo mencionado se conecta siempre y en forma directa con la soltura de la muñeca, algo importantísimo.

En realidad, la ‘mano armada’ se trabaja siempre liberando al mismo tiempo la muñeca.

(Es muy importante esto, porque una mano fuerte y bien ‘armada’ nada tiene que ver con dureza y rigidez. Es fácil “armar” la mano teniendo la muñeca dura, o tener ésta relajada pero al mismo tiempo la mano sin estructura ni fuerza, con la correspondiente restricción en el sonido. Pero justamente estas dos alternativas –fuerza y relajación– de forma aislada no nos sirven, sino hay que saber combinar las dos cosas: tener al mismo tiempo estabilidad de la mano, y soltura y libertad que sobre todo se localizan en la muñeca.)

Se trabaja y se logra así la independencia de aquellas tensiones musculares que son útiles y necesarias (generando fuerzas y movimientos que apliquemos), de todos los demás músculos, los cuales deben poder estar en relajación absoluta aunque sus ‘colegas’ estén trabajando. Se puede llamar esto ‘disociación muscular’, y se debe trabajar conscientemente, nunca viene por completo de sí mismo.

Esta ‘disociación’ es la precondición de alcanzar realmente la libertad física en el piano.

(Nota aparte: Si bien todos suelen hablar de relajación, entre los pianistas que inician este trabajo, por bien que toquen, hasta ahora no he visto ni a uno que ya tenía la muñeca real y completamente libre (en todos momentos, en todos los matices y toques) –aunque por supuesto hay grandes diferencias. Sin embargo por lo general no estaban conscientes de esto. Hablar de relajación mientras tanto, es relativamente inútil. –V.Z.)

• Durante todo el trabajo, sucesivamente ‘se afila’ el oído para percibir todas las diferencias en la calidad del sonido producido que antes le escapaban.

Todo el trabajo técnico está estrechamente relacionado con el toque y el sonido. El oído es de fundamental importancia para hacerlo bien y progresar.

Incluso independientemente de esto, desarrollarlo en toda su capacidad y sutileza es uno de las principales metas del trabajo.

• En el mismo ritmo, crece la sensibilidad física, el estudiante siente cada vez más precisamente lo que está haciendo, percibe cómo se siente la libertad física en cada tipo de movimiento y toque.

Así, se puede dar cuenta muy exactamente en qué grado la alcanza o no.

Aprende a controlar constantemente cómo está realizando el trabajo, ahora de doble manera, mediante la sensación física y el oído.

Esto conduce a que el cuerpo cada vez sepa más exactamente qué tiene que hacer (y cómo esto se siente) para producir determinado tipo de sonido.

• Se van incorporando más aspectos al trabajo: se entrenan los dedos para tener mucha más fuerza, mucha más agilidad y mucha más independencia; se aprenden cada vez más tipos de movimientos y toques, que luego para el músico forman algo como una gran ‘caja de herramientas’ que sabe utilizar y combinar de forma instantánea y espontánea, sin tener que pensar: un ‘repertorio de toques’.

Se estudia todo tipo de legato, el ‘legato articulato’, non legato, semi-legato, portato, staccato…; se trabajan distintas maneras de tocar acordes, se aprende la ‘attacca di avambraccio’ (se usan aquí los términos originales italianos de la escuela de Zadra, que son fáciles de aprender), distintas formas de ‘appoggiato’, del uso de la rotación del brazo, se conoce el ‘tocco corto’, se habla del rol de los extensores; se usan movimientos lentos, rápidos, con o sin peso, de los dedos, la mano completa desde la muñeca, el antebrazo, todo el brazo…; se logran toques suaves, profundos, brillantes…

Junto con esto, continuamente el estudiante va tomando conciencia de lo que hace en el piano, desarrolla la capacidad de reflexionar sobre todos los aspectos ‘técnicos’ y hacerlos totalmente funcionales a la música y sus intenciones expresivas. Asimismo crece su habilidad para encontrar soluciones (y las maneras de estudio más indicadas) para problemas pianísticas que tenga o que surjan.

• Todo el trabajo técnico cada vez más se va aplicando en obras, también se eligen algunas obras específicas para estudiar determinados toques, movimientos etc.

Al crecer en sus facultades, el pianista empieza a buscar y experimentar mucho, y a combinar libremente distintos elementos de lo que ha aprendido. Su dominio de todo lo ‘técnico’ y todo lo referido al toque y al sonido, se vuelve mucho más fino al aplicarlo en la música.