Metas de estudio y contenido del trabajo

Inicio

Metas de estudio y contenido del trabajo

Para quiénes es...

Volker Ziemendorff    Deutsche Version  English version

Clases de piano · Masterclass · Carreras · Sobre el Estudio de Piano

Contacto · Ubicación

Novedades



– Información específica:

No es necesario sufrir una tendinitis para ser un virtuoso

“Que cada nota tenga vida”... –‘técnica’ no consiste en bajar teclas rápido

Acerca de la interpretación

Fausto Zadra




(Compartir en Facebook)


Contenido

I. Interpretación musical y artística

“Ser artista, no sólo pianista …”

• cuidadoso trabajo

Este trabajo forma la base necesaria para llegar a una interpretación justa, rica, genuina, válida.

• ‘despertar el oído

Nuestro oído musical tiene infinitas posibilidades de desarrollarse y de volverse cada vez más experto, presente, activo, despierto y sutil. Si bien solemos pensar que en primer instancia tocamos el piano con las manos, se podría llegar a decir que en realidad el órgano más decisivo para nuestro arte es el oído: nos guía percibiendo continuamente el resultado sonoro que estamos produciendo, e incitándonos a mejorarlo. Vale la pena entonces ‘despertarlo’ para que esté a la altura de lo que queremos hacer en la música, porque un oído diferenciado, el oído de un buen músico, se adquiere, educando y entrenándolo.

Dependemos del oído como un artista plástico de su ojo, y si queremos crecer en nuestro arte nunca tenemos que dejar de desarrollarlo.

• iniciar o fortificar un desarrollo musical y artístico

El camino de todo artista consiste en un continuo desarrollo a nivel musical, artístico y personal que en realidad nunca termina. No basta con aprender ciertas herramientas, facultades y conocimientos: para abrirse cada vez mejor al espíritu de las obras, a la expresión, llegar a tocar con poesía, fantasía e intensidad, para ser un músico que ‘tiene algo por decir’, hay que entrar con gran modestia en un camino de crecimiento. ¿Por qué con modestia? Porque para que ese crecimiento sea posible, es necesario de entrada la conciencia y aceptación de nuestra imperfección, la cual –por más que crezcamos– nunca del todo terminaremos de sentir.

• formación de repertorio

Parte del crecimiento de un pianista es la formación de un repertorio propio de obras estudiadas y obras que también toca en público, que revisa con el tiempo y que crecen con él –un repertorio variado, abarcando distintos estilos y distintas épocas de la historia musical.
También, sobre todo en algunas fases en el estudio, se elige parte del repertorio orientándose en los distintos desafíos técnicos y musicales que representa, como oportunidades para aprender.

• aprender y desarrollar maneras y estrategias de estudiar

Más allá de la mera repetición infinita, que muchas veces termina haciendo el estudio una tarea ardua y tediosa que nos puede hasta alejar de la música más que acercarnos a ella, hay muchas maneras de estudiar, a veces sorprendentes, que nos ayudan a trabajar de manera concentrada, variada y eficaz: para un estudio satisfactorio, creativo, no aburrido y sobre todo con resultado.

• trabajar sobre inquietudes relacionadas al estudio y la práctica pianística, como por ejemplo:

maneras y estrategias




II. Técnica – toque – sonido
¿Qué significa ‘armar la mano’? ¿Qué es ‘la mano armada’ y cómo y cuándo se usa?
¿Cómo utilizar el peso del brazo?
¿Qué roles pueden tener el antebrazo, la muñeca, la punta de los dedos, la yema, …?
¿Cómo tocar forte sin que suene duro?
¿Cómo lograr un buen cantabile si mi 4º y 5º dedo son tan débiles?
¿Cuáles toques distintos hay?
¿Qué hacer para fortificar los dedos?
¿Cómo es posible estar relajado cuando al mismo tiempo se deben tensionar nuestros músculos para tocar?

• entrar en un ‘laboratorio pianístico’: un trabajo sistemático, consciente y profundo, a la medida de las necesidades de cada uno

Un trabajo técnico que realmente sirve se apoya en el profundo conocimiento de la fisiología y debe estar orientado en el resultado sonoro y siempre estrechamente relacionado a lo que nos exige la música.

De esta manera adquirimos gran habilidad técnica a la vez con gran cualidad y variedad de sonido. Al mismo tiempo nos acostumbramos a una manera de tocar que está en sintonía con las posibilidades y condiciones de nuestro cuerpo y por ende es sana y libre de tensiones innecesarias.

• adquirir verdadera cultura de toque

Comparado por ejemplo con el violín, el piano quizás lamentablemente es un instrumento algo tolerante a ser tocado prácticamente de cualquier manera, mientras sólo las notas sean las correctas.

Pero aquel que sí posee cultura de toque –lo cual es una cuestión técnica en el mejor sentido de la palabra– puede hacer sonar el instrumento infinitamente mejor.

El potencial de diferenciación de toque y sonido es de enorme ayuda para la expresión e interpretación. Por eso poseer cultura de toque, ser capaz de manejar muy finamente el sonido, es esencial para ser no sólo un pianista brillante sino un buen músico.

Además, para un pianista adquirir cultura de toque constituye un enorme potencial liberador para el desarrollo de su verdadera expresividad.

• tocar con total libertad y soltura

Libertad física y relajación

Se habla mucho de relajación, y por supuesto con mucha razón. Sin embargo la experiencia demuestra que en la realidad siempre quedan irresueltos problemas de tensión y dureza; en este campo se propagan muchas soluciones a medias.

Hay muy pocos alumnos y también muy pocos profesores que saben tocar siempre con libertad física, realmente en cada momento de una interpretación. Si bien es beneficioso aumentar el nivel general de la relajación tocando el piano, esto no es suficiente.

Todo lo que falta a la libertad completa tocando el piano, tiene consecuencias, en todo caso sonoras, y por supuesto causando limitaciónes en todo el nivel técnico, pero además a veces manifestándose en forma de una sensación de malestar, o hasta llegando a problemas de salud (tendinitis etc.).

Dos ejemplos

Es típico que un pianista se sienta bastante libre físicamente, pero tocando un acorde fuerte o una pieza muy rápida, sin embargo se endurece –en la mayoría de los casos sin darse cuenta–, no puede evitar que aparezcan las tensiones incontroladas, el sonido duro etc.

Lo opuesto (también muy frecuente entre pianistas y estudiantes) ocurre cuando el mantenerse en un estado la relajación se paga con el precio de no poder ir más allá de un mezzoforte y de limitarse a un sonido opaco que no comunica y transmite mucho.

Estos dos ejemplos son resultados de una técnica en la que el problema de la libertad y del manejo de las tensiones, a pesar de las buenas intenciones, en realidad no está resuelto.

Distinguir y manejar las fuerzas y tensiones

Para tocar el piano obviamente hacemos uso de fuerzas musculares (las cuales son por definición tensiones musculares). Por lo tanto, con el solo concepto de evitar tensiones no llegamos muy lejos. Para no perder in ningún momento la soltura y libertad, no basta con la buena voluntad de relajar. Es necesario saber qué tensiones, en qué momento y medida, en qué combinaciones y con qué fin, hay que usar o no. Además, hay que tener este saber sólidamente ‘incorporado’ en la manera de tocar.

‘Disociación muscular’

Todo esto se puede lograr con un camino de estudio consciente, que no es tanto cuestión del talento de cada músico sino que se puede enseñar y aprender. Comprende maneras muy específicas de estudiar que nos hacen conocer mucho mejor el propio cuerpo y su fisiología en relación al piano. Entre otras cosas, nos conducen a una ‘disociación muscular’ que consiste en la facultad de manejar los músculos relevantes para tocar el piano, con total independencia (que naturalmente no poseemos). Esto es clave para la independencia de los movimientos y el manejo óptimo de las tensiones musculares.

Este trabajo nos lleva a encontrar la libertad física de una manera que no nos permite perderla más.

• estar cómodo en el piano

La libertad física genera una comodidad tocando el piano y una sensación de contacto con el instrumento tal vez nunca antes experimentadas.

• optimizar y adquirir economía en los movimientos y el uso de la fuerza

Con movimientos optimizados, es más directo y más fácil lograr el sonido que nos imaginamos, para realizar exactamente nuestra intención musical y expresiva. Todo se hace más fluido, la distancia al instrumento se deja de sentir como obstáculo, y con la técnica se arma unpuente a la expresión que con el tiempo se hace cada vez más corto y directo.

En la medida que tenemos incorporados los movimientos en su forma óptima, nos es fácil empezar a economizar su uso según las necesidades del momento. Aprendemos a usar la fuerza justa para lograr un sonido determinado o tocar un pasaje con un matiz determinado. Así tocamos muy eficazmente, y ahorramos fuerza y energía, lo cual es de gran ayuda para abordar obras difíciles y sostener programas demandantes tocando en concierto.

• sentir más satisfacción y placer en el estudio

Esto se da no sólo por estar más comodos en el instrumento y por tener mejores herramientas técnicas a nuestra disposición, sino también por tener más conciencia, logrando metas más sofisticadas y más ‘musicales’. Nos orientamos más en el resultado sonoro, ya como un hábito. Estudiamos con métodos más claros y de forma más variada. Es muy lindo y gratificante sentir (y escuchar) cómo crecen nuestras posibilidades, en muchos más aspectos que tocar notas rápido. Estudiar el piano es verdaderamente un trabajo hermoso.

• desarrollar el virtuosismo sin desarrollar una tendinitis…

Cabe destacar que la técnica que uno tiene, es decisiva no sólo para el resultado sonoro sino también para la salud de uno mismo. Son numerosos los casos de tendinitis crónica y demás enfermedades que no sólo son dolorosas sino han arruinado muchas carreras.

Una tendinitis en principio le puede tocar a cualquiera, aun con la mejor técnica, por exageraciones en el estudio, o por importantes esfuerzos u otras causas fuera del piano. Pero los problemas recurrentes y crónicos de ese tipo, siempre tienen que ver con la manera de tocar (y estudiar). Se pueden prevenir –y curar– con una técnica correcta basándose en la fisiología y evitando las tensiones excesivas y la dureza no sólo en el sonido sino también en el cuerpo.

• conocer una verdadera ‘escuela’ y aprovechar las enseñanzas de la antigua tradición pianística

Lamentablemente hoy es raro encontrarse con una escuela pianística más o menos sistemática y completa que ayude a solucionar los mayores problemas que presenta este arte y que además, en lo posible, sea orientada decididamente a la música y no meramente al aspecto ‘mecánico’ de tocar el piano. Parece que muchos conocimientos que en el pasado eran más divulgados se han dispersado. Esto no es un hecho menor, y no se trata de nostalgismo: sólo hay que pensar que al inicio del siglo XX los importantes maestros de piano en Berlín, por ejemplo, en su mayoría eran alumnos directos o indirectos de Liszt...

Como alternativa a cierta desorientación, hoy quizás valga la pena ver qué de algunas tradiciones y búsquedas que otros ya han hecho, le pueden servir a uno en su propio camino.

• ir construyendo una base sólida, ordenada, confiable y sana que perdura para toda la vida

Una técnica de este tipo, de ‘escuela’, sistemática, pianísticamente completa, bien fundada y en sintonía tanto con la fisiología como con la música, forma una base sólida y duradera para toda nuestra actividad. Como nos saca todas las trabas y nos permite responder de manera óptima a las exigencias pianísticas y expresivas que nos pone la música, usándola se va afilando cada vez más finamente a nuestras necesidades. Llega a ser algo nuestro y no sólo algo ‘aprendido’, algo que no se olvida ni se pierde, sino una vez incorporado no termina de crecer, de diferenciarse y hacerse siempre más sólido.

• liberar el camino para aprovechar todo nuestro potencial

Todo este trabajo técnico constituye un camino de liberación: a medida que crece la libertad física, también se nos liberan, se ensanchan, extienden y ‘aceitan’ los ‘canales’ de la expresión, de transformar un impulso musical que sentimos en sonido real a través del oído interior, el sistema nervioso, el cuerpo, el brazo y las manos.

Esto hace posible que con el tiempo realmente desarrollemos y aprovechemos todo nuestro potencial. Quizás termine siendo más grande de lo que pensamos.

• Revisión de la técnica o de aspectos técnicos para pianistas

Esto puede ser aconsejable para quienes quieran solucionar problemas puntuales, entre otros



III. Las clases
   

• Clases individuales:

tienen lugar en el estudio (que cuenta con un buen piano de cola). Según las necesidades del alumno pueden ser semanales o tener otro ritmo (por ejemplo cada quince días, en el caso de alumnos ya muy avanzados, o dos veces por semana en fases de trabajo muy intensos)

• Clases grupales:

como en un taller o masterclass, todos los alumnos del grupo están presentes. Es una forma de trabajar muy linda y también muy útil, ya que todos pueden aprender mucho de los demás, y del trabajo del profesor con cada uno.

• Todo el trabajo...

...se lleva a cabo de manera flexible y didáctica, sistemática pero no esquemática, según las necesidades y condiciones de cada persona, su nivel actual, sus objetivos y su personalidad.


. . . . .

Cualquiera sea nuestro nivel en el piano –si seriamente queremos ser artistas, en realidad nunca dejamos de ser estudiantes –aunque acaso ya nos llamen ‘maestros’...